El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, asegura que Washington desarrollará el escudo antimisiles pero contará con Rusia
ANDREA RIZZI (ENVIADO ESPECIAL) - Múnich - 07/02/2009 / El Pais
ANDREA RIZZI (ENVIADO ESPECIAL) - Múnich - 07/02/2009 / El Pais
"Vengo a Europa representando una nueva Administración determinada a marcar un nuevo tono en las relaciones de Estados Unidos con el mundo. Queremos escuchar, pedir consejo. Mantendremos un decente respeto por la opinión ajena. América necesita al mundo, así como el mundo necesita América". Así el nuevo vicepresidente de EE UU, Joe Biden, ha sepultado la era del unilateralismo de Bush y ha introducido las líneas maestras de la política exterior que pretende desarrollar la Administración de Barack Obama ante una platea repleta de presidentes, primeros ministros y responsables de Defensa y Exteriores en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El viraje anunciado por Biden es un nuevo contrato. "Actuaremos de manera bipartisana cada vez que podamos y si lo haremos solos será porque no quede otro remedio. América quiere hacer más. Es la buena noticia. Pero hay otra. Pediremos más". La referencia iba naturalmente dirigida a la implicación de los aliados en la guerra de Afganistán, pero Biden ha extendido la petición de ayuda a otros asuntos, desde la crisis financiera hasta la acogida de presos de la prisión de Guantánamo.
El tono de Biden satisface la expectativa general de mano tendida que se respiraba tangiblemente en el Bayerischer Hof Hotel, sede de la Conferencia. Expectativa que se hizo patente, entre otros, en los discursos previos de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente francés, Nicolás Sarkozy, que repetidamente puso el acento en "la necesidad de cooperar, en un mundo de potencias relativas".
Escudo antimisiles
Sin embargo, Biden ha defraudado a quienes especulaban con la idea de un frenazo en el desarrollo del escudo antimisiles, un factor que ha causado grandes fricciones con Moscú, que amenazó con desplegar misiles Iskander en Kaliningrado como respuesta a las bases norteamericanas en Polonia y República Checa.
"Seguiremos desarrollando el escudo, y lo instalaremos si se demuestra una tecnología eficiente", ha asegurado Biden. Pero el nuevo vicepresidente ha marcado una diferencia con la anterior administración estadounidense al declarar la disponibilidad de Washington a cooperar con Moscú: "Lo desarrollaremos con ayuda de los aliados de la OTAN y con Rusia". Rusia ya tendió ayer la mano a Washington y declaró su voluntad de renovar los acuerdos de limitación de misiles.
En su repaso, el vicepresidente ha hecho referencia al empeño de la Casa Blanca para alcanzar una solución en Oriente Próximo y ha afirmado que la paz pasa por la creación de "dos Estados". Asimismo se ha acercado a Irán al decir que Washington está dispuesto a dialogar con el régimen de Teherán, aunque ha advertido que depende de los iraníes el entrar en esta fase de cooperación. "Estamos dispuestos a hablar con Irán. Pero Irán tiene que decidir si continua con el camino del aislamiento o si abandona sus planes atómicos", ha dicho.
Por su parte, el representante de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, ha celebrado las propuestas realizadas por Rusia hacia una nueva arquitectura de seguridad europea y ha asegurado que los países vecinos deberían afrontar juntos las amenazas en lugar de sentirse amenazados entre sí.
El tono de Biden satisface la expectativa general de mano tendida que se respiraba tangiblemente en el Bayerischer Hof Hotel, sede de la Conferencia. Expectativa que se hizo patente, entre otros, en los discursos previos de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente francés, Nicolás Sarkozy, que repetidamente puso el acento en "la necesidad de cooperar, en un mundo de potencias relativas".
Escudo antimisiles
Sin embargo, Biden ha defraudado a quienes especulaban con la idea de un frenazo en el desarrollo del escudo antimisiles, un factor que ha causado grandes fricciones con Moscú, que amenazó con desplegar misiles Iskander en Kaliningrado como respuesta a las bases norteamericanas en Polonia y República Checa.
"Seguiremos desarrollando el escudo, y lo instalaremos si se demuestra una tecnología eficiente", ha asegurado Biden. Pero el nuevo vicepresidente ha marcado una diferencia con la anterior administración estadounidense al declarar la disponibilidad de Washington a cooperar con Moscú: "Lo desarrollaremos con ayuda de los aliados de la OTAN y con Rusia". Rusia ya tendió ayer la mano a Washington y declaró su voluntad de renovar los acuerdos de limitación de misiles.
En su repaso, el vicepresidente ha hecho referencia al empeño de la Casa Blanca para alcanzar una solución en Oriente Próximo y ha afirmado que la paz pasa por la creación de "dos Estados". Asimismo se ha acercado a Irán al decir que Washington está dispuesto a dialogar con el régimen de Teherán, aunque ha advertido que depende de los iraníes el entrar en esta fase de cooperación. "Estamos dispuestos a hablar con Irán. Pero Irán tiene que decidir si continua con el camino del aislamiento o si abandona sus planes atómicos", ha dicho.
Por su parte, el representante de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, ha celebrado las propuestas realizadas por Rusia hacia una nueva arquitectura de seguridad europea y ha asegurado que los países vecinos deberían afrontar juntos las amenazas en lugar de sentirse amenazados entre sí.
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