El país pedirá ayuda internacional para casi los casi 1,8 millones de afectados por las lluvias
29.09.09 - 06:25 -
EFE MANILA/ la Verdad
29.09.09 - 06:25 -
EFE MANILA/ la Verdad
Al menos 240 personas ha muerto y otras 37 continúan desaparecidas tres días después de que la tormenta tropical Ketsana arrasara la isla de Luzón en Filipinas, según el último recuento oficial de víctimas.
El Centro Nacional de Coordinación de Desastres ha sumado hoy 100 muertos a la lista tras identificar más de 90 cadáveres hallados en la capital, mientras hay casi 375.000 damnificados que han perdido sus casas están ingresados en centros de refugiados. Las autoridades han admitido que no tienen suficientes recursos para un desastre de semejante magnitud y el Gobierno pedirá ayuda internacional para casi 1,8 millones de afectados por las lluvias.
Unos 80.000 residentes ya han podido volver a sus hogares, pero en las zonas más devastadas todavía se sufre una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas, y se mantiene el estado de catástrofe declarado el sábado en Manila y otras 25 provincias.
En menos de doce horas, Ketsana hizo caer sobre Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año y batió el anterior récord, registrado en 1967. Las imágenes de televisión siguen mostrando a decenas de manileños esperando en los techos de sus casas o improvisadas balsas a que les llegue la ayuda en medio de un inmenso pantanal de coches abandonados o sumergidos y kilométricos atascos. Por ahora, los daños económicos se calculan en al menos 109,1 millones de pesos (1,57 millones de euros), sobre todo en infraestructuras y viviendas dañadas por la tromba de agua.
Ketsana, de nombre local Ondoy, tocó tierra en Filipinas la madrugada del sábado con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora y ayer abandonó el archipiélago con dirección al sur de China. Sin embargo, otros dos posibles tifones podrían llegar en las próximas 36 horas al país si no se desvían al norte, hacia Taiwán, según los meteorólogos.
El Centro Nacional de Coordinación de Desastres ha sumado hoy 100 muertos a la lista tras identificar más de 90 cadáveres hallados en la capital, mientras hay casi 375.000 damnificados que han perdido sus casas están ingresados en centros de refugiados. Las autoridades han admitido que no tienen suficientes recursos para un desastre de semejante magnitud y el Gobierno pedirá ayuda internacional para casi 1,8 millones de afectados por las lluvias.
Unos 80.000 residentes ya han podido volver a sus hogares, pero en las zonas más devastadas todavía se sufre una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas, y se mantiene el estado de catástrofe declarado el sábado en Manila y otras 25 provincias.
En menos de doce horas, Ketsana hizo caer sobre Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año y batió el anterior récord, registrado en 1967. Las imágenes de televisión siguen mostrando a decenas de manileños esperando en los techos de sus casas o improvisadas balsas a que les llegue la ayuda en medio de un inmenso pantanal de coches abandonados o sumergidos y kilométricos atascos. Por ahora, los daños económicos se calculan en al menos 109,1 millones de pesos (1,57 millones de euros), sobre todo en infraestructuras y viviendas dañadas por la tromba de agua.
Ketsana, de nombre local Ondoy, tocó tierra en Filipinas la madrugada del sábado con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora y ayer abandonó el archipiélago con dirección al sur de China. Sin embargo, otros dos posibles tifones podrían llegar en las próximas 36 horas al país si no se desvían al norte, hacia Taiwán, según los meteorólogos.
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