miércoles, 3 de febrero de 2010

Obama desafía a China y recibirá al Dalai


03.02.10 - 00:42 -
PABLO M. DÍEZ PEKÍN./ la Verdad

El gigante asiático amenaza con rescindir los contratos millonarios que mantiene con las empresas de EE UU que venden armas a Taiwán
Pekín advierte de que las relaciones diplomáticas se verán dañadas si se entrevista con el tibetano
«Durante su viaje del año pasado, el presidente Obama le dijo a las autoridades chinas que se reuniría con el Dalai Lama y así pretende hacerlo». En plena crisis con China por la venta de armas a Taiwán, el portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton, plantó ayer cara a las advertencias del autoritario régimen de Pekín, que pocas horas antes habían alertado de las consecuencias que tendría la entrevista.
«Cualquier encuentro entre Obama y el Dalai Lama dañará las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China». Cuando faltan tres semanas para que la máxima autoridad religiosa y política del budismo tibetano recale de nuevo en suelo norteamericano, una posible reunión con el inquilino de la Casa Blanca no hace más que agudizar la reciente crisis abierta con Pekín. Así lo dejó ayer bien claro Zhu Weiqun, subdirector ejecutivo del Departamento del Frente Laboral Unido, el órgano del Partido Comunista encargado de tratar las cuestiones relacionadas con Tíbet.
A finales de este mes, el Premio Nobel de la Paz, exiliado en la estación de montaña india de Dharamsala desde que huyó de Lhasa en 1959, aterrizará en Washington, lo que ha despertado todos los rumores sobre una probable entrevista con Barack Obama. En octubre del año pasado, el 'Océano de Sabiduría' ya protagonizó una de sus giras espirituales por Estados Unidos, pero el presidente norteamericano no se atrevió entonces a recibirlo porque tan sólo un poco después, en noviembre, tenía previsto su primer y trascendental viaje oficial a China.
A pesar de las críticas recibidas por parte de los grupos defensores de los derechos humanos y la causa tibetana, Obama optó por evitar al Dalai y, con sus mejores palabras, dejó la puerta abierta a un futuro encuentro. Esa opción cobra ahora fuerza con este nuevo viaje del 'Océano de Sabiduría'. Pero el régimen chino ya se ha rebelado ante tal posibilidad. A juicio de Zhu Weiqun, dicha entrevista «minaría la base política de las relaciones entre EE UU y China», dejando entrever peligrosas represalias para el futuro. «Tomaremos las medidas oportunas para que los países involucrados se den cuenta de sus errores», aseguró sin dar detalles.
Su amenaza se produce justo después de que haya concluido en Pekín, otra vez sin avance alguno, una nueva ronda de contactos con los emisarios del Dalai Lama, que volvieron a pedir sin éxito más autonomía y respeto para las tradiciones culturales y la religión en Tíbet.
Para el régimen chino, su soberanía sobre esta región del Himalaya es tan innegociable como su reivindicación de Taiwán, otro de los puntos de fricción por la anunciada venta a la isla de 6.400 millones de dólares -4.616 millones de euros- en misiles defensivos Patriot, helicópteros Black Hawk, barcos dragaminas y última tecnología para sus F-16. Aunque Washington reconoce a la república popular y acata la «política de una sola China», por ley está obligado a ayudar a Taiwán en caso de guerra con el continente.
Conflictos nucleares
Si el Congreso ratifica la venta de armamento, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Ma Zhaoxu, aseguró que «la cooperación con EE UU en asuntos internacionales y regionales se verá inevitablemente afectada». Entre ellos destaca la mediación de Pekín en los conflictos nucleares de Irán y Corea del Norte, imprescindible para alcanzar una solución negociada o para promover nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En ambos casos, la Casa Blanca necesita las gestiones de la diplomacia china, ya que Teherán es uno de los principales proveedores de petróleo del coloso oriental y el régimen pilotado con mano de hierro por Kim Jong-il uno de sus históricos aliados comunistas.
Además, Ma insistió en que «China sancionará a las empresas que vendan armas a Taiwán», entre las que figuran gigantes del sector de la aviación como Boeing, Lockheed Martin Corp, United Technologies Corp. y Raytheon, que podrían ver rescindidos sus jugosos contratos en el gigante asiático.
Una vez más, el régimen de Pekín juega la baza económica en el pulso político que mantiene con Obama, quien no puede permitirse más reveses comerciales en tiempos de crisis.

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