jueves, 28 de mayo de 2009

Bruselas propone extender el etiquetado de origen a todos los productos agrícolas europeos como símbolo de calidad

BRUSELAS, 28 May. (EUROPA PRESS) -
La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, dijo hoy que quiere "ampliar a todos los productos" agrícolas el etiquetado que ya existe para alimentos como las frutas, el aceite, la carne de vacuno o la miel y que identifica el origen comunitario. Los alimentos europeos "no pueden competir con los precios bajos" de algunos países terceros, por lo que su arma para ser competitivos es la "alta calidad" que justifica un mayor precio para el comprador, explicó.
Fischer Boel ofreció este jueves una rueda de prensa para presentar una comunicación de la Comisión Europea que recoge varias recomendaciones para potenciar el funcionamiento de los regímenes de comercialización y calidad de los alimentos comunitarios. También admite la necesidad de mejorar la información que llega a los consumidores sobre la calidad de estos productos.
La comisaria aprovechará la próxima reunión informal de Agricultura de la UE en República Checa, los días 1 y 2 de junio, para presentar a los ministros del ramo este documento, aunque admitió que no habrá un "debate a fondo" sobre la cuestión hasta el próximo otoño.
"Nuestros agricultores tienen que apoyarse en esa reputación para mantener su competitividad e informar mejor a los consumidores de las cualidades de sus productos. Se trata de un esfuerzo al que la UE está dispuesta a contribuir: se nos presenta una oportunidad inmejorable para aumentar la coherencia y la simplicidad de nuestros diversos regímenes de etiquetado y certificación", declaró la comisaria.
Para lograr este objetivo, el Ejecutivo comunitario no sólo aboga por extender el sistema de etiquetado que identifica el lugar de obtención del producto agroalimentario, también propone estudiar la posibilidad de "menciones específicas" de carácter voluntario para aquellos productos obtenidos en zonas de montaña o de elaboración tradicional.
Una medida con la que se pretende "potenciar la producción en lugares más desfavorecidos", indicó Fischer Boel. Sin embargo, la comisaria admitió el "poco éxito" que hasta ahora ha cosechado el régimen existente para especialidades tradicionales, al que desde 1992 tan sólo se han registrado una veintena de artículos.
Otra propuesta es la de crear un registro único para todas las indicaciones geográficas (vino, bebidas espirituosas, productos agrícolas y alimentos), preservando las especificidades de cada sistema. Así como ampliar la protección internacional de estas indicaciones y contribuir al desarrollo de normas internacionales aplicables a las normas de comercialización y a los productos ecológicos.
La comisaria de Agricultura explicó que se está trabajando "duramente" en las negociaciones de la ronda de Doha para conseguir que las indicaciones geográficas "sean respetadas en todo el mundo" y convencer a los "reacios" que se trata de un sistema que "supone un valor añadido" para el producto comercializado.
Bruselas también apunta que es necesario mejorar el funcionamiento del mercado único de productos regulados por los distintos sistemas de etiquetado, especialmente los ecológicos, así como elaborar directrices de buenas prácticas para los regímenes privados de certificación para reducir la confusión de los consumidores y los trámites burocráticos de los agricultores.

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