El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manoucher Mottaki, anunció ayer que su Gobierno revisará la sentencia dictada contra la periodista irano-estadounidense Roxana Saberi, condenada a ocho años de cárcel bajo cargos de espionaje. Mottaki respondió así a su homólogo japonés, Hirofumi Nakasone, que aprovechó su visita oficial a Teherán para expresar la preocupación de Tokio en torno al caso. La madre de la periodista es ciudadana japonesa.
"Ha habido una petición de revisión para su caso y esta revisión se aplicará según los criterios de justicia y de piedad humana e islámica", afirmó Mottaki en una conferencia de prensa conjunta con Nakasone.
Saberi, que trabajaba para varios medios anglosajones, fue detenida en enero, y los cargos fueron cambiando: primero se le acusó de comprar una botella de vino. Después, de trabajar con los permisos caducados. Y por último, de espiar para EE UU.
Tanto la Casa Blanca como no pocos observadores iraníes sospechan que el proceso fue una farsa destinada a torpedear los esfuerzos de la nueva Administración de EE UU por acercarse a Irán. El padre de Saberi asegura que su hija se ha puesto en huelga de hambre y que su estado de salud es frágil, extremo que niegan las autoridades.
Saberi, que trabajaba para varios medios anglosajones, fue detenida en enero, y los cargos fueron cambiando: primero se le acusó de comprar una botella de vino. Después, de trabajar con los permisos caducados. Y por último, de espiar para EE UU.
Tanto la Casa Blanca como no pocos observadores iraníes sospechan que el proceso fue una farsa destinada a torpedear los esfuerzos de la nueva Administración de EE UU por acercarse a Irán. El padre de Saberi asegura que su hija se ha puesto en huelga de hambre y que su estado de salud es frágil, extremo que niegan las autoridades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario